miércoles, 15 de abril de 2009
INVESTIGACIÓN DE McAFEE, INC. REVELA EL IMPACTO DEL SPAM EN EL MEDIO AMBIENTE
McAfee, la única empresa a nivel mundial dedicada cien por ciento a la seguridad, anunció hoy los descubrimientos de una nueva investigación que revelan que el spam no es solamente una molestia, sino que además, daña el medio ambiente y contribuye de manera sustancial a las emisiones de gas invernadero (GHG).
En el estudio “Carbon Footprint of Spam” de McAfee dado a conocer hoy, los investigadores del cambio climático ICF y expertos en spam calcularon a nivel mundial la energía utilizada para transmitir, procesar y filtrar el spam, obteniendo un resultado total de 33 mi millones de kilowatt-hora (kWh), o 33 terawatts por hora (TWh). Esta cifra equivale a la electricidad que se utiliza en 2,4 millones de hogares, con las mismas emisiones de gas invernadero de 3,1 millones de automóviles de pasajeros que utilizan 2 mil millones de galones de gasolina.
“Mientras el mundo enfrenta el creciente problema del cambio climático, este estudio destaca que el spam tiene un enorme impacto financiero, personal y ambiental en los negocios y las personas”, señaló Jeff Green, vicepresidente senior de desarrollo de productos y de McAfee Avert Labs. “Detener el spam en su origen, además de invertir en tecnología de punta para filtrar el spam, permitirá ahorrar tiempo y dinero y contribuirá al cuidado del planeta al reducir las emisiones de carbono.”
Un día sin spam
A fines de 2008, McColo, una importante fuente de spam en línea, fue eliminada de Internet y el volumen del spam disminuyó en un 70% a nivel mundial. La energía ahorrada antes de que esta fuente de spam reconstruyera su capacidad de envío, fue equivalente a sacar de circulación a 2,2 millones de automóviles ese día, lo que comprueba la magnitud del impacto de los 62 millones de millones de mensajes spam que se envían cada año.
Resultados de la investigación:
El estudio “Carbon Footprint of Spam” observó la energía mundial que se gasta al crear, almacenar, visualizar y filtrar spam en 11 países, incluidos Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, Japón, India, México, España, los Estados Unidos y el Reino Unido. Correlacionó el gasto de electricidad del spam con su consumo de carbono, dado que los combustibles fósiles son con mucho la fuente de electricidad más grande del mundo actualmente. Dado que las emisiones no pueden aislarse a un solo país, promedió los resultados para obtener el impacto mundial. Los resultados más importantes del estudio “Carbon Footprint of Spam” incluyeron:
La emisión promedio de gas invernadero asociada con un solo mensaje de spam es de 0,3 gramos de CO2. Esto equivale a conducir un metro (tres pies); pero cuando se multiplica por el volumen anual del spam, equivale a conducir 1,6 millones de veces alrededor de la tierra.
Gran parte del consumo de energía asociado con el spam (cerca de un 80%) proviene de usuarios finales que borran el spam y buscan mensajes legítimos entre el spam (falsos positivos). Filtrar el spam representa solamente el 16% del uso de energía relacionado con el spam.
Los filtros de spam ahorran 135 TWh de electricidad al año, lo que equivale a sacar de circulación a 13 millones de automóviles.
Si cada buzón se protegiera con un filtro de spam con la más avanzada tecnología, las organizaciones y las personas podrían reducir en un 75% o en 25 TWh anuales la energía utilizada actualmente por el spam, lo que equivale a sacar de circulación a 2,3 millones de automóviles.
Los países con una mayor cantidad de usuarios y conectividad a Internet, como los Estados Unidos y la India, tienden a tener emisiones proporcionalmente mayores por usuario de correo electrónico. Los Estados Unidos, por ejemplo, tiene emisiones 38 veces mayores que las de España.
Mientras Canadá, China, Brasil, India, los Estados Unidos y el Reino Unido presentan un uso de energía similar para el spam por país, Australia, Alemania, Francia, México y España tienden a presentar alrededor de un 10% menos de uso. España presentó los valores más bajos, tanto en la cantidad de correo electrónico recibido como spam como en la cantidad de energía utilizada para el spam por usuario de correo electrónico.
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